Análisis del PIB en América Latina y el Caribe: Pre, Durante y Después de la Pandemia de COVID-19

El brote global de COVID-19 ha dejado una profunda huella en todas las regiones del mundo, y América Latina y el Caribe no han sido la excepción. La pandemia no solo ha afectado la salud pública, sino que también ha tenido repercusiones significativas en la economía de la región.


INDICE TEMATICO

Estado del PIB en América Latina y el Caribe Pre Pandemia de COVID-19

Antes de la pandemia, las economías latinoamericanas ya mostraban importantes debilidades. Entre 2014 y 2019, el crecimiento económico fue notablemente bajo, con un promedio anual de apenas 0.4%, el más bajo desde 1951. Según la CEPAL, esta desaceleración económica fue generalizada y sincronizada entre países y sectores, exacerbada por una reducción en la demanda interna y externa, una caída en la inversión, un descenso en el consumo per cápita, menores exportaciones y un continuo deterioro en la calidad del empleo. Además, los mercados financieros internacionales mostraban fragilidad. A estos desafíos se sumaron crecientes demandas sociales y presiones para mitigar la desigualdad y fomentar la inclusión social.

El PIB en América Latina y el Caribe en el escenario COVID-19

Durante 2020, la llegada del COVID-19 provocó una severa crisis sanitaria y económica en América Latina y el Caribe. La región enfrentó la pandemia desde una posición económica débil, con una previsión de crecimiento del 1,3% para 2020 según la CEPAL, que, a raíz de la pandemia, se transformó en una abrupta caída del PIB del 6,5%. Las medidas como el autoaislamiento, la cuarentena y el distanciamiento social aplanaron la curva de contagio y aliviaron la presión sobre los sistemas de salud, salvando vidas. Sin embargo, estas medidas también causaron impactos económicos indirectos significativos, ya que la suspensión de actividades productivas internas afectó gravemente varios sectores económicos. El comercio se redujo drásticamente con el cierre de tiendas, la industria del turismo y los transportes se paralizaron debido a las restricciones de viaje, y la manufactura y la producción agrícola disminuyeron por falta de mano de obra y restricciones logísticas. Además, el comercio internacional se vio mermado por las limitaciones fronterizas. Sin duda, estos factores combinados resultaron en una contracción económica severa que disminuyó significativamente el PIB regional.

De acuerdo con la CEPAL, el COVID-19 impactó las economías de la región a través de cinco canales externos de transmisión:

  1. Disminución de la Actividad Económica de los Principales Socios Comerciales: La región, dependiente de sus exportaciones, sufrió una disminución en el volumen y valor de estas debido a la recesión mundial. Esto resultó en un descenso del 10,1% en las exportaciones y del 13,4% en las importaciones, afectando el empleo y los ingresos gubernamentales, ya que las exportaciones solían contribuir en un 20% al PIB total de la región.
  2. Caída de los Precios de los Productos Primarios: La contracción de la demanda mundial, especialmente de China, provocó una significativa disminución en los precios de los productos primarios, reduciendo los niveles de ingreso de las economías latinoamericanas.
  3. Interrupción de las Cadenas Globales de Valor: La disrupción en las cadenas de suministro afectó principalmente a México y Brasil, los mayores sectores manufactureros de la región, debido a la interrupción inicial de los proveedores chinos y posteriormente de la producción europea y estadounidense.
  4. Menor Demanda de Servicios de Turismo: El sector turístico, crucial para los pequeños estados del Caribe y varios países de América Latina, fue severamente impactado. En 2019, el turismo representó el 26% del PIB del Caribe y el 10% de América Latina, y hasta el 40% en algunos países caribeños. La caída del turismo afectó a sectores vinculados como la alimentación, alojamiento, entretenimiento y transporte, representando el 17% del empleo directo en el Caribe y el 4% en América Latina.
  5. Intensificación de la Aversión al Riesgo y Empeoramiento de las Condiciones Financieras Mundiales: La crisis llevó a una mayor demanda de activos seguros, como los bonos del Tesoro de los Estados Unidos, resultando en una menor demanda de activos financieros de la región y agravando las condiciones financieras.
Sin duda, la pandemia tuvo efectos negativos sobre todas las economías de América Latina y el Caribe, que experimentaron la mayor contracción a nivel mundial según la CEPAL, una situación sin precedentes desde 1900. El siguiente gráfico ilustra de manera contundente el impacto abrupto en el PIB de cada país de la región.


  • En América Latina: La recesión económica causada por la pandemia de COVID-19 en 2020 dejó un panorama desolador. Según el gráfico, Paraguay, Nicaragua y Guatemala registraron las menores caídas, con contracciones del -0.8%, -1.7% y -1.8%, respectivamente. Brasil, Haití y Costa Rica no escaparon a descensos moderados, situándose alrededor del -3% al -4%. Chile y Uruguay experimentaron caídas del -6.1% y -6.4%, mientras que República Dominicana, Colombia, Ecuador y El Salvador enfrentaron severas contracciones de entre -6.7% y -8.6%. México y Bolivia sufrieron golpes significativos del -8.7% y -8.8%, seguidos por Honduras y Argentina con caídas de -9% y -9.9%. Los más devastados fueron Perú, Cuba y Panamá, con desplomes del -10.9%, -11% y -17.7%, respectivamente, pintando un cuadro económico alarmante en la región.

  • El Caribe: Por otra parte, el Caribe no fue ajeno a esta recesión devastadora. San Vicente y las Granadinas mostró la menor caída con un -3.7%, mientras que Trinidad y Tobago y Jamaica presentaron contracciones de -9.1% y -10.2%, respectivamente. Barbados y Belice sufrieron caídas significativas de -12.7% y -13.7%, y Granada, Saint Kitts y Nevis, y Surinam enfrentaron contracciones entre -13.8% y -15.9%. Dominica y Antigua y Barbuda registraron caídas graves de -16.6% y -17.3%, mientras que Bahamas y Santa Lucía experimentaron las mayores contracciones del -23.6% y -26.2%. En contraste con la mayoría, Guyana destacó notablemente con un impresionante crecimiento del 43.5%, impulsado por el inicio de su industria de exportación de petróleo, marcando un hito significativo en su desarrollo económico.

En 2020, el PIB regional disminuyó un 6.4%, siendo este el peor desempeño económico desde 1900, según la CEPAL. Cerca de 45 millones de personas cayeron en la pobreza, aumentando la tasa de pobreza del 30% al 37%.

Impactos Diferentes Según Sectores

La pandemia ha tenido un impacto profundo y dispar en los sectores económicos de América Latina. Áreas como el turismo, la cultura, el comercio, el transporte y la moda, que representan el 24,6% del PIB regional y el 34,2% del empleo formal, han sufrido considerablemente debido a las medidas de distanciamiento social y las restricciones de movilidad. En términos de cierres empresariales, se estima que la pandemia ha provocado el cierre de aproximadamente 2,7 millones de empresas en la región, lo que equivale al 20,7% del total de microempresas. En contraste, solo el 0,6% de las grandes empresas han cerrado durante este período. Los sectores más afectados por los cierres son principalmente el comercio, los servicios comunitarios, sociales y personales, así como hoteles y restaurantes. La gráfica ilustra cómo el COVID-19 ha impactado a diferentes sectores económicos en América Latina y el Caribe, clasificados según la intensidad del impacto en tres categorías: fuerte, significativo y moderado.


Estrategias de Recuperación Económica en Países de América Latina y el Caribe

Para enfrentar los efectos sociales y económicos de la pandemia, los países de la región implementaron políticas fiscales expansivas en 2020, representando en promedio el 4.6% del PIB regional. Estas medidas, centradas en subsidios y transferencias para los sectores más vulnerables, resultaron en aumentos significativos de los déficits fiscales y el endeudamiento. En promedio, la deuda pública bruta de los gobiernos centrales alcanzó el 56.3% del PIB, situando a la región entre las más endeudadas del mundo. 
Enseguida se ilustran las medidas tomadas por algunos países de la región para enfrentar el COVID-19 y reactivar sus economías:
  • Perú: Perú lanzó un ambicioso plan de reactivación económica con una inversión de S/87,569 millones, que incluyó fondos de apoyo para micro y pequeñas empresas (FAE-Mype), el sector turismo (FAE-Turismo) y pequeños productores agrarios (FAE-Agro). El Programa Reactiva Perú, con una garantía gubernamental de hasta S/60 mil millones (8% del PIB) administrada por COFIDE, buscó mitigar los impactos del COVID-19, imponiendo requisitos como la prohibición de prepagar deudas y distribuir dividendos durante la vigencia del crédito.
  • Chile: Chile lanzó el plan "Paso a Paso, Chile se Recupera" con una inversión de 34 mil millones de dólares (12% del PIB), enfocándose en la creación y recuperación de empleos. Destinó cerca de 2 mil millones de dólares para beneficiar hasta 1 millón de personas y recuperar 1.8 millones de empleos. El plan incluyó inversiones en infraestructura para generar 250 mil nuevos empleos, apoyo a Pymes mediante subsidios y asistencia técnica, y 130 proyectos de inversión privada valorados en 21 mil millones de dólares, creando 120 mil nuevos empleos.
  • México: Durante la pandemia de COVID-19, México implementó políticas de austeridad fiscal y equilibrio financiero, evitando el endeudamiento excesivo. Con una inversión de 204.9 mil millones de pesos (0.82% del PIB), apoyó al sector productivo y a los hogares vulnerables mediante programas sociales, créditos a microempresas, aplazamiento de impuestos y flexibilización laboral. Además, incrementó la inversión en infraestructura pública y promovió la reactivación del sector turístico.

Evolución del PIB en América Latina y el Caribe: 2020-2023

La evolución del PIB en América Latina y el Caribe entre 2020 y 2023 refleja un periodo marcado por desafíos significativos y ajustes en respuesta a la pandemia de COVID-19. Desde la severa contracción económica de 2020, con caídas históricas del PIB y un aumento notable de la pobreza, hasta los esfuerzos por recuperar los niveles pre-pandemia en 2021 y las posteriores desaceleraciones y ajustes estructurales, este periodo presenta un panorama complejo de recuperación económica, resiliencia frente a impactos externos y la persistencia de desigualdades. El siguiente gráfico ilustra el comportamiento del PIB durante estos años tras la pandemia.


  • En 2020, América Latina sufrió una caída histórica del 6.4% en su PIB debido al impacto devastador del COVID-19. Sectores clave como el turismo, el comercio y la manufactura se vieron severamente afectados, con una pérdida masiva de empleos y un aumento significativo de la pobreza. Las medidas de contención y el cierre de fronteras exacerbando la crisis económica regional, destacando a la región como una de las más golpeadas globalmente por la pandemia. La emergencia sanitaria profundizó desigualdades estructurales persistentes, como alta informalidad laboral, insuficiente protección social y baja productividad.

  • En 2021, varios países de América Latina y el Caribe lograron recuperar los niveles de PIB anteriores a la crisis, registrando un crecimiento del 6.8%, casi compensando las pérdidas sufridas durante la pandemia. Sin embargo, esta recuperación fue desigual: las economías exportadoras de materias primas se recuperaron más rápidamente que aquellas dependientes del turismo. Chile superó su PIB de 2019 en un 5.4%, mientras que México aún se encontraba un 3.3% por debajo. Aunque el crecimiento fue significativo, persisten desafíos estructurales y proyecciones indican que los niveles de PIB per cápita de 2014 no se recuperarán hasta 2025.

  • En 2022, el crecimiento económico se desaceleró a un 4.1% tras un aumento del 6.8% en 2021. Desafíos como la incertidumbre pandémica, baja inversión y recuperación del empleo lenta persistieron. A pesar de estos desafíos, las economías mostraron resiliencia frente a impactos globales como la invasión rusa a Ucrania y el aumento de tasas de interés. La economía regional creció aproximadamente un 4%, con una fuerte recuperación del empleo y mejoras en el sector de servicios.

  • En 2023, el crecimiento del PIB aumentó modestamente en un 2.1%, marcando una desaceleración respecto al año anterior. Esta tendencia refleja un menor dinamismo en la economía global y el comercio internacional, limitando el impulso económico recibido desde el exterior. Panamá, Costa Rica y México fueron los países que más crecieron, mientras que Argentina y Haití enfrentaron contracciones. La inflación mostró reducciones en la mayoría de los países, salvo en aquellos con inflación crónica como Argentina, Cuba, Haití y Venezuela.

Proyecciones del Crecimiento del PIB para América Latina y el Caribe en 2024

Según las proyecciones más recientes de la CEPAL para mayo de 2024, América Latina y el Caribe enfrentarán un crecimiento económico del 2.1% el próximo año, cifra inferior a la de 2023 y por debajo del promedio mundial del 3.2%.


Según las proyecciones más recientes de la CEPAL para mayo de 2024, se espera que América Latina y el Caribe experimenten un crecimiento económico del 2.1% el próximo año. Esta cifra representa una ligera disminución respecto a 2023 y se sitúa por debajo del promedio mundial del 3.2%. Este panorama se desarrolla en un contexto global complejo, marcado por una economía débil, restricciones comerciales y altas tasas de interés en países desarrollados, lo que dificulta el acceso al financiamiento para las economías emergentes.

Se proyecta que todas las subregiones experimenten una actividad económica más moderada en 2024, con la excepción de América del Sur, que anticipa un crecimiento del 1.6%. Guyana sobresale notablemente debido a su auge petrolero, con una proyección de crecimiento del PIB superior al 34.3%, reflejando una dinámica económica única en el Caribe.

Las tasas de crecimiento esperadas son modestas para varios países de la región. Argentina proyecta una recesión con una contracción del -3.1%, mientras que Chile y Brasil muestran variaciones con crecimientos del 2.3% y 2.2% respectivamente para 2024. Colombia anticipa un crecimiento del 1.3% y Perú del 2.5%. Por otro lado, México tiene una expectativa de crecimiento del 2.5% en 2024, impulsado por políticas de expansión fiscal para estimular la economía.






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